El Papel de Cada Revolucionario: Presencia y Resistencia en la Venezuela Bolivariana


El papel de cada revolucionario y revolucionaria es estar donde las circunstancias del momento exijan su presencia. Por eso estamos aquí, y aquí seguiremos. Este proceso es hijo del Pueblo y para el Pueblo, tal como lo establece el principio fundamental de la democracia: escuchar a la gente, sentir con la gente, y materializar sus sueños, esos que fueron históricamente negados por las élites mafiosas y oligárquicas que durante décadas saquearon nuestra Patria Bolivariana de Venezuela.

Prima Luisa, camarada, te escribimos desde la Venezuela que resiste. Desde esta Patria Grande que, desde el triunfo de la Revolución Bolivariana en 1998, ha sido objeto de un golpe sistemático y constante. Pero aquí estamos. Resistiendo y venciendo. Porque los embates del fascismo local e internacional, que buscan devolver a Venezuela a las garras de sus intereses mezquinos, no pasarán.

Nuestra fuerza no viene de un pedestal, ni de un palacio. Nuestra fuerza está en las bases del pueblo: en los trabajadores y trabajadoras; en las juventudes valientes, llenas de amor y fervor revolucionario; en las mujeres, las abuelas milicianas, las lideresas rurales, pescadoras, trabajadoras, madres, estudiantes, políticas, profesionales, gremialistas. Está en los sindicatos, en los adultos mayores, en las fuerzas populares organizadas para defender la Revolución. Está en nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y en la solidaridad internacional que apuesta por el derecho de los pueblos a decidir su destino. No aceptaremos caminos impuestos desde foros internacionales, ni dictados por gobiernos golpistas aliados al capital mafioso.

Nuestra Revolución se levanta sobre roca firme: el amor profundo por la Patria que nos legó Bolívar, esa Patria que Hugo Chávez, nuestro Comandante eterno, convirtió en bandera de dignidad y esperanza para toda América Latina.

Prima Luisa, aquí seguimos, desde esta Venezuela gloriosa que alguna vez ofreció su suelo generoso a Juan Pablo Duarte y a tantos dominicanos que, en tiempos de adversidad, encontraron en esta tierra refugio y solidaridad. Hoy, como mujer comprometida con el amor y la autodeterminación de los pueblos, respaldo al legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Él, heredero del mandato popular, ha sabido alzar la bandera de la dignidad y la firmeza revolucionaria para mantener vivo el sueño de nuestros libertadores.

La Revolución Bolivariana, liderada por el Partido Socialista Unido de Venezuela, es la garantía de un futuro más justo: educación gratuita y de calidad, salud y bienestar universal, protección a los niños y niñas de la Patria, y oportunidades reales para la juventud. Este proceso es también la profundización del socialismo del siglo XXI, el paso hacia un mundo multipolar que libere a los pueblos del yugo de las potencias. Por eso, y por mucho más, defendemos con orgullo las ocho estrellas de nuestra bandera. La historia es nuestra, y la construimos junto al Pueblo.
Sabemos que el fascismo, los neoliberales y la burguesía antinacional siguen conspirando contra los pueblos dignos, pero aquí, en este momento histórico, la juventud es la fuerza que garantiza la continuidad de la Revolución. No hay nada comparable a la energía sublime de la juventud. Ustedes son la Patria presente y, a la vez, la promesa de la Patria eterna.

Nuestro Comandante Chávez lo dejó claro: la juventud tiene un papel esencial en cada etapa de la Revolución Bolivariana. Hoy cumplimos con Chávez. Y en mí, Prima Luisa, hay muchas voces: la de las  mujeres, de las niñas, de los trabajadores trabajadoras del campo y la ciudad, de lxs que hemos vivido oprimidxs en nuestra Latinoamérica, de los afrocaribeñxs! Aquí estamos y sin pretender que mi cuerpa les represente y mi voz hable por todxs yo también soy ellxs! Hija, madre, hermana, amiga, camarada, compañera.

Patria y vida. Venceremos. Porque nuestra Revolución es, antes que todo, una Revolución de amor.

¡Qué viva el socialismo!

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