En la República Dominicana, la relación entre los funcionarios públicos y los medios de comunicación ha sido, en muchos casos, tensa y conflictiva. Es preocupante observar cómo algunos servidores del Estado reaccionan con molestia o incluso con hostilidad cuando se les señala en público por su mal desempeño, corrupción o falta de transparencia. En vez de entender que la labor periodística es un pilar fundamental de la democracia y un derecho ciudadano, algunos optan por desacreditar, intimidar, o tratar a los periodistas de manera despectiva.
El ejercicio del periodismo implica investigar, cuestionar, y en ocasiones, incomodar a aquellos en el poder. No se trata de una cruzada personal contra los funcionarios, sino de un compromiso con la verdad y con el bienestar de la sociedad. Sin una prensa libre y crítica, el abuso de poder y la corrupción se expanden sin control, y la ciudadanía queda desinformada y vulnerable.
Es importante subrayar que la crítica constructiva y la denuncia de irregularidades no son actos de enemistad, sino de responsabilidad. Los funcionarios públicos deben estar abiertos al escrutinio, conscientes de que sus cargos no solo les otorgan autoridad, sino también la obligación de rendir cuentas a la población que representan. Lamentablemente, en muchos casos, se prefiere atacar al mensajero en lugar de corregir los problemas señalados, perpetuando así un círculo vicioso de falta de rendición de cuentas.
La hostilidad hacia la prensa no solo daña la imagen de los funcionarios, sino que también mina la confianza en las instituciones y en la democracia misma. Para fortalecer nuestro sistema democrático, es crucial que los servidores públicos vean a la prensa como una aliada en la construcción de un Estado más transparente, justo y eficiente. El respeto hacia los periodistas y su trabajo no debería ser una excepción, sino la norma en una sociedad que aspira al desarrollo y al bienestar colectivo.
En conclusión, la reacción de muchos funcionarios ante la crítica pública es un reflejo de la falta de cultura democrática y de respeto hacia la libertad de prensa en nuestro país. En lugar de maltratar a los periodistas, los servidores públicos deberían asumir sus responsabilidades y trabajar para mejorar en beneficio de todos. Solo así podremos construir una sociedad más justa, equitativa, y transparente.
Yefri Perez
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