CHICAGO — Las indocumentadas mexicanas Margarita Domínguez y Griselda Saldaña padecen de insuficiencia renal. Para reunir los $8,000 dólares que se les exige tener en el banco para poder recibir el trasplante de riñón se han puesto a vender tamales y dulces en las calles de Chicago.
Esos al menos $8,000 dólares que deben tener cada una de ellas en una cuenta bancaria a su nombre es el requisito establecido para que puedan cubrir con los gastos de medicinas y tratamiento después del trasplante de riñón que tanto necesitan.
La Patrulla Fronteriza encuentra los cuerpos de tres inmigrantes muertos en el Río Grande
“Muchos se dan por vencidos y no luchan, pero yo quiero vivir para estar más tiempo con mis hijos”, dijo Domínguez a Efe en un alto de su venta ambulante, con la que trata de conseguir recursos para subsistir y hacer un fondo para sus gastos médicos futuros.
Oriunda de Hidalgo (México), y con más de 20 años de residencia sin papeles en Estados Unidos, esta mujer de 39 años es madre de dos niños, de 11 y 14 años.
Domínguez vende en la calle luces de bengala, bocadillos, dulces y sodas, que transporta en un carrito de mano por los barrios latinos de Chicago.
Saldaña, de 43 años, y originaria de Guanajuato, tiene una hija de 8 años y vende tamales, que ella misma prepara cuando tiene fuerzas para hacer una vida normal.
La inmigrante Griselda Saldaña muestra su brazo hinchado por la diálisis.
“Pero muchas veces siento un cansancio muy grande, me duele la cabeza y me siento mareada. Mi corazón está muy cansado”, dijo a Efe.
Las dos mujeres fueron diagnosticadas con deficiencia renal hace casi diez años, y desde entonces se someten a diálisis tres veces por semana a la espera de un trasplante.
Órganos son gratis en Illinois, pero…
El nuevo órgano lo pueden recibir gratuitamente en Illinois por una ley de 2014, pero conseguir un lugar en la lista de trasplantes y luego un órgano no es todo.
Los hospitales, explican, les exigen a los pacientes sin seguro médico que reúnan en una cuenta bancaria por lo menos $8,000 dólares, que es el dinero para pagar los medicamentos que necesitarán después de recibir el riñón, para evitar el rechazo del órgano y otras complicaciones.
“Me cuesta mucho ahorrar, pero no voy a aflojar hasta conseguir ese dinero”, dijo Domínguez, quien cuenta con la ayuda económica de un hermano, pero igualmente vive la incertidumbre de no saber de dónde saldrán los recursos para pagar las cuentas y la renta.
Con esta ley, Illinois se convirtió en el único estado del país que realiza diálisis gratuitas y trasplantes a indocumentados, sin preguntar el estatus migratorio o exigir un mínimo de residencia en el estado.
La diálisis es considerada un tratamiento de emergencia en los hospitales, y tiene un costo anual de $60,000 dólares por paciente, mientras que un trasplante de riñón cuesta $100,000 dólares.
El pastor José Landaverde, de la Misión Fe, Vida y Esperanza, advirtió sobre la gravedad de la situación que enfrentan los indocumentados necesitados de trasplantes, por falta de fondos estatales.
El gobernador anterior, el republicano Bruce Rauner, suspendió los aportes que hacía su administración para pagar los trasplantes, y en estos momentos los gastos se cubren con aportes privados de la Kidney Foundation, del Illinois Transplant Fund creado hace tres años y el patrocinio de empresas.
Publicar un comentario