El uso de móviles e Internet facilita a los reclusos planificar y ordenar actos criminales.
Adriana Peguero y Yudelka Domínguez
Santo Domingo, RD
El hecho de que una persona esté presa en una cárcel cualquiera de República Dominicana, no lo invalida para que desde ese recinto penitenciario, por más restricciones que tenga, pueda planificar y ejecutar los más atroces actos delictivos.
El ejemplo más reciente es el de Carlos Rafael Álvarez (Carlos Nike) y José Eduardo Ciprián (Chuki), quienes guardan prisión en la cárcel El 15 de Azua, el primero condenado a 20 años de reclusión, con 13 cumplidos y el segundo lleva dos años tras las rejas esperando juicio de fondo.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por las autoridades, fueron ellos dos los artífices principales de la trama para asesinar al expelotero de Grandes Ligas, David Ortiz, el domingo 9 del presente mes.
Ambos fueron devueltos a la cárcel El 15 de Azua, tras conocerles medida de coerción, pues se ha abierto un proceso paralelo por este nuevo caso.
El atentado contra el Big Papi ha “desnudado” otra vez las debilidades que tiene el sistema penitenciario nacional, aún y con la instalación de un nuevo modelo.
Y es que para los reclusos pareciera ser fácil planificar cuantos actos delictivos se les antoje desde sus celdas y estos van desde estafar a personas solicitándoles dinero a cambio de entregar un premio o reclamar pagos a los familiares de una persona en particular, informándole que ha tenido un accidente, tener activos sus puntos de drogas, hasta planificar la muerte de un ser humano.
Como si todo esto fuera poco, dependiendo de quien se trate el interno, las celdas suelen ser lujosas, con todas las comodidades habidas y por haber, con internet full, televisores de pantallas grandes, computadoras de última generación y celulares, a través de los cuales manejan sus redes sociales con toda libertad.
El asesinato del periodista Blas Olivo, el secuestro y posterior asesinato de Víctor Augusto Féliz Matos, el atentado contra el abogado y periodista Jordi Veras, el intento de asalto a la cárcel de Najayo, el auto robo de 36 millones de pesos a un camión de transporte de valores, la amenaza a la periodista Alicia Ortega en abril de 2018, la muerte de un agente penitenciario de la cárcel de Rafey en Santiago, en enero de este año, son solo algunos de los casos en los que han estado involucrados uno o varios internos.
El uso de los teléfonos celulares otorga mayores facilidades a los reclusos para planificar y ordenar actos delictivos.
En el 2014, el entonces procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, presentó el sistema bloqueador de celulares puesto en ejecución en la cárcel pública del Kilómetro 15 de Azua.
CRONO
Vulnerabilidad
El informe “El dilema de las prisiones: incubadoras del crimen organizado en Latinoamérica” encontró que, el 60.2% de los reclusos del país guarda prisión preventiva, encontrándose en las cárceles en condiciones deplorables e inhumanas que los hacen vulnerables a la coerción y al reclutamiento por parte de bandas de criminales más sofisticadas.
Abuso
Destaca que guardias, policías y miembros del ejército, suelen abusar de su poder con respecto a los presos y participan en redes de corrupción yposibilitan la criminalidad”.
Fuente: Listin Diario
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